Wednesday, October 11, 2006

EL BARCO VIEJO

Allá en aquel paraje solitario del puerto
se mece el viejo barco a compás de las ondas

que tejen y destejen sus armiñadas blondas

en derredor del casco roñoso y entreabierto.


De la averiada proa cuelga un cable cubierto

de líquenes que ondulan cuando pasan las rondas

de los peces, clavando sus pupilas redondas

en el barco que flota como un cetáceo muerto.


Y el barco que fue un barco de los que van a Europa

y que era todo un barco de la proa a la popa,

ahora que está inválido y hecho un sucio pontón.


Sus amarras sacude, y rechina, y se queja

cuando ve que otro barco mar adentro se aleja

mecido por las olas en blanda oscilación.

Saturday, October 07, 2006

A MI HIJA




Hija mía, hija mía, me turba tu mirar,

Porque sé que algún día tú me habrás de juzgar.


Tú, frágil mujercita, que con la vida juegas

y que porque la ignoras a mi querer te apegas.


Día habrá de venir en que tu alma despierte

y aborrezcas la vida y llames a la muerte.


Desesperadamente llorarás, criatura,

y al nombrarme, tus labios temblarán de amargura.


Sin bondad, sin ternura, en un grito de horror,

dirás: “¿Por qué la vida me fue dada? ¡Oh dolor!”


Y en ti ninguna voz se alzará en mi defensa.

¡No puede haber perdón para mi culpa inmensa!


Tu piedad será sobre tu ira, solamente

como una gota de agua sobre un hierro candente.


Tú me habrás de juzgar, criatura querida.

Implacable dirás: “¿Por qué me dio la vida?”


Y llegarás con santo desprecio a comprender

que la vida se da por placer... por placer.